Marion Harper regresa con un nuevo single, “MAX” (Luup Records, 2020), una canción sobre el miedo a la incertidumbre de la vida que ha optado por no usar sonidos brillantes como nos tiene acostumbrados. Esto ha sido así, no para generar una atmósfera oscura sino cruda, creando un ambiente austero y orgánico. Un sonido que nos invita a pensar profundamente sobre el momento que estamos viviendo ahora como sociedad en el mundo.
Su álbum debut “Cotton Candy” (Luup Records, 2015) le permitió recorrer todo el territorio español en lugares y festivales como Festival STRENES, el festival Acústica de Figueres o el Festival Altaveu y fue telonera de bandas como M83, DORIAN o Marlango. Su primer álbum fue reconocido con el Premio al Artista Emergente 2016 por el Festival STRENES y una nominación al Mejor Artista Revelación en los Premios ARC.
En 2017, su segundo álbum “Hydrangea” (Luup Records) fue lanzado dejando atrás a la joven de 17 años que apareció por primera vez en sociedad con su EP “Seasons” (Luup Records, 2014), donde predominaban melodías inocentes y folk. En el último álbum ya encontrábamos a una Marion Harper seducida por la electrónica después de haber coqueteado con ella en “Cotton Candy”. Y desde entonces, no ha parado de experimentar, hasta hoy.
“Lejos quedan los inicios folk y de corte más romántico de Marion Harper cuando uno se detiene a escuchar “Hydrangea”. Su segundo disco, más allá de si supone o no un punto de inflexión, sorprende por el hecho de confeccionar una electrónica suave y delicada, acorde con el timbre de voz de Mariona Harper, que resulta verdaderamente hipnótica y vibrante. Un sonido que contrasta con el de su debut “Cotton Candy” (15) por su paleta algo más oscura, la contundente presencia de sintetizadores y la mayor potencia de las canciones. Una maduración que ya se hizo presente en el primer adelanto, “Ice Cream”, y que se evidencia en los siete temas restantes del disco. Siguiendo el éxito de Pavvla o Museless, el sello Luup vuelve a dar un golpe sobre la mesa con una propuesta –no nueva pero sí renovada– que aporta frescura a la escena musical local y que recuerda, inevitablemente, al pop bañado en electrónica del último disco de Lorde, al corte delicado de las harmonías de “Daughter”, incluso a “Halsey” o “Tove Lo.” – Mondo Sonoro